viernes, 30 de enero de 2015

MOTIVACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO.


Muchas veces tenemos la impresión, cuando comenzamos la habitual clase, que el clima está cargado y que no hay un ambiente óptimo para el entrenamiento. Ya sea por falta de concentración, motivación o porque en general todos los alumnos y alumnas llegan con los problemas de casa, trabajo, etc.
En otras ocasiones es a la inversa, nosotros los profesores llevamos a kwoon esos mismos problemas y muchas veces no sabemos qué hacer.

A continuación os daré algunas claves que debemos plantearnos nosotros como instructores  y por supuesto también a nuestros alumnos. Estas cuestiones están basadas en la inteligencia emocional de las que tanto se habla últimamente.

La primera cuestión que debemos plantearnos antes de comenzar nuestra clase es: ¿ Estoy presente? ¿ En el aquí y en el ahora? 
Es decir, estoy enfocado en lo que voy a comenzar en este momento, sé qué es lo que quiero transmitir y  qué quiero potenciar en mis alumnos. 
Del mismo modo, los alumnos y alumnas han de hacerse esa pregunta. ¿Sé que estoy en un clase de artes marciales? Sé que tengo que dejar todo atrás y enfocar mi atención en el entrenamiento. 
Esta cuestión nos hará mucho más libres mentalmente y nos ayudará a concentrarnos y a entrenar con el espíritu de TAOWS: Solo puede oírse el ruido del entrenamiento. Nada de hablar y comentar mientras practicamos.


Otra cuestión, muy relacionada con la anterior es: ¿ Para qué has venido hoy a esta clase? En nuestro caso como instructores es obvia la respuesta, aunque no siempre sea tan clara, pero en los alumnos es mucho más significativa. Ellos deben plantearse esta cuestión y si no lo hacen debemos hacérsela nosotros. Tienen que interiorizarla y fijar qué metas tienen a corto plazo para intentar superarlas. Esas metas deben de ser realizables y nosotros como instructores debemos de ir orientándolos hacia unos objetivos claros y potencialmente exitosos. De lo contrario se producirá una desmotivación en ellos que tendrán un efecto rebote en nosotros. Pues nuestros alumnos son el espejo en el cual nos reflejamos y vemos nuestros defectos y virtudes. 


La tercera cuestión muy unida también a la anterior es: ¿Qué nos separa de alcanzar nuestros objetivos? Unas veces pueden ser variables controlables y otras son ajenas a nosotros. Por ejemplo, << no me concentro demasiado y eso impide mi progreso >>, o << no me esfuerzo lo suficiente, no doy todo lo que puedo dar de sí>>. Eso son variables más o menos controlables, pero a veces son más difíciles de realizar: << Mi trabajo me impide entrenar lo que yo quisiera >>, << Me he roto un brazo y no puedo entrenar >>. Estas segundas variables parecen mucho más complejas de superar, pero nosotros como profesores debemos de intentar dar respuesta y solución.  Si tenemos un alumno que sabemos que por su trabajo, situación familiar, distancia en kilómetros del lugar del entrenamiento, etc. no puede venir lo que quisiera, debemos de intentar que su entrenamiento sea lo más productivo posible. Ya sea prestándole más atención, poniéndole con alumnos de más nivel o exigiéndole al máximo (dentro de sus límites). 
Ante un alumno lesionado, siempre hay que plantearle que el entrenamiento en Wing-Tsun es muy variado y que si tiene un brazo roto puede hacer Darn Chi Sao con el otro, o puede trabajar los desplazamientos, pateos, Chi Gerk, etc. Lo importante es tener realmente ganas de practicar y de ir mejorando día a día. Debemos de hacerles ver que los obstáculos están hay para superarlos y no para dejarnos estancados.


La cuarta pregunta que tanto nosotros como instructores como nuestros alumnos han de hacerse es: ¿ Estás dando lo mejor de ti? Esta pregunta es fundamental para ambos (profesor y alumno). Sin una buena motivación y entusiasmo el proceso de enseñanza-aprendizaje pierde mucho. En primer lugar, nosotros como profesores debemos de transmitir el amor por el arte y es algo que nos ha de salir por los poros. Podremos ser mejores o peores como profesores, tendremos mejor o peor didáctica, pero si disfrutamos al cien por cien con lo que hacemos ese entusiasmo lo contagiaremos a nuestros alumnos y todo será más fácil en el entrenamiento.
Esa es la clave de nuestro éxito como profesionales en  cualquier ámbito de la enseñanza, ya sea marcial o de otro tipo. 
Si estas motivado y tus alumnos también los progresos son vertiginosos. 


Ya para concluir, una última pregunta que hace referencia a la meta más lejana: ¿ En quién te quieres convertir? Esta respuesta a veces no la tenemos clara e incluso en el transcurso del camino la vamos mutando. Pero si debemos tener dos cosas claras: la constancia y la acción. Dos motores básicos de todo progreso personal. 
Debemos mirar siempre hacia delante y escuchar a aquellos que nos empujan a ser mejores cada día y no a los que nos contaminan con sus pensamientos negativos y mala aptitud hacia el progreso. 

<< Descubre tu grandeza>>

Espero que os haya gustado y gracias por leer estas líneas.



Miguel Molina Instructor TAOWS Academy Aljarafe








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